Los biscottis y la antigua Roma

Los biscottis son un tipo de galletas o panecillos originarios de Italia, aunque en España se han convertido ya en un must. Se caracterizan por su textura crujiente y su sabor único. El término "biscotti" proviene del latín "biscoctus", que significa "cocido dos veces". Y es que ésta es precisamente su característica más distintiva. Los biscottis se hornean dos veces. Eso les confiere no sólo su consistencia seca y crujiente, sino que además prolonga su vida útil, ya que el doble horneado elimina la humedad de este exquisito dulce. 

Precisamente, una curiosidad interesante sobre los biscottis es su origen histórico y su relación con la antigua Roma. Se cree que la versión temprana de los biscottis fue un alimento popular entre los soldados romanos. Estos panecillos secos y duros eran ideales para llevar en largas travesías y campañas militares, ya que tenían una larga vida útil y no se echaban a perder fácilmente.

El proceso de elaboración de los biscottis comienza con la preparación de una masa de pan básica, que en nuestro caso contiene harina, azúcar, huevos, levadura y aceite. La masa se forma como un largo tronco y se hornea por primera vez. Después de este primer horneado, se corta el tronco en rebanadas y las rebanadas se vuelven a hornear hasta que adquieren una textura crujiente.

Una vez horneados por segunda vez se espolvorean con azúcar.

En Vanille Bakery Lab elaboramos de manera totalmente artesanal tres tipos de biscottis:

Naranja y jengibre, nuestros biscottis más famosos.
Sus ingredientes son los siguientes: Huevos, azúcar, panela, vainilla, harina de trigo, sal, levadura, aceite vegetal, ralladura de naranja, jengibre y almendra picada con piel.

Pistacho:
Elaborados con harina de trigo; almendra, huevos, pistacho, azúcar, haba tonka, polvo para hornear y sal.

Cacao y avellanas:
Nuestra nueva incorporación, hechos con trigo, avellanas, cacao en polvo, huevos, azúcar, polvo para hornear, sal, y mucho amor

Como ves ninguna de nuestras variedades lleva conservantes, aditivos ni mucho menos saborizantes, sólo ingredientes naturales.

Si no los has probado te recomiendo que lo hagas: son un dulce perfecto para mojar en tu café, té o chocolate. Su textura crujiente hace que, aunque se ablanden ligeramente, no se desmoronen fácilmente al mojarlos en una bebida caliente. Por cierto, y como última curiosidad: El término italiano para referirse a sumergir el biscotti en el café es "fare la scarpetta", que se traduce como "hacer la pantufla".

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